viernes, 16 de diciembre de 2011

Sin chiste: No somos los indignados, somos los abusados

Ayer leí un artículo que me dejó consternada. Era una publicación hecha por el País de España, donde explicaba la dura crisis que actualmente experimenta el periodismo. En el artículo no hablan de la ya trillada objetividad o sobre la politización de los medios, trata un tema que todos los periodistas decimos en susurros y sufrimos en silencio: nos están metiendo el dedo en el ojo, por decir lo menos.

Dicho artículo, titulado “Se paga por artículo la mitad de lo que cuesta un café”, me mutó los sentimientos, porque en medio de mi reducido mundo, creía que el único país que sub pagaba a sus profesionales era aquí, en Venezuela. Pues resulta que el mal se ha tendido como una sábana en los continentes y que los periodistas de diferentes partes del mundo compartimos la misma triste realidad cuando llega la quincena. Qué asco. Qué arrechera. No hay pa´ donde agarrar.

En este artículo, una periodista se atrevió a denunciar la situación en lugar de convertirse en la víctima callada que todos los dueños de medios quieren en sus periódicos. Esta mujer manifestó su molestia por la triste paga que recibe por sus escritos. Esta mujer puso el abanico en una olla que está destapada desde hace años, una olla que todos conocemos su interior pero que no nos atrevemos a vaciar.

Ojalá todos tuviésemos el mismo guáramo de esta mujer. Ojalá todos los periodistas le dijéramos un rotundo “No” a quienes nos ofrecen sueldos miserables. Ojalá la necesidad no nos siga convirtiendo en el tonto fácil que les llena los bolsillos a costa de pluma y talento. Ojalá tengamos todos la voluntad de mentarles la madre a todos aquellos que quieren jugar con nuestra inteligencia y con nuestras necesidades.


Aquí les dejo el link de la publicación, por si se quieren arrechar también http://sociedad.elpais.com/sociedad/2011/12/13/actualidad/1323800984_733367.html