miércoles, 3 de noviembre de 2010

Malabaristas de semáforo: puro arte urbano


Malabaristas de semáforo son más que pedigüeños...son arte de la calle
En las calles insulares, como si fueran escenarios circenses, aparece un grupo de jóvenes que juegan a los malabares entre el cambio del rojo al verde. Unos segundos les basta para lanzar pelotas al aire mientras se balancean en un monociclo.
El malabarismo implica un ejercicio de coordinación entre las manos, unido al equilibrio del cuerpo y la concentración.

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El semáforo cambia y esa es su oportunidad. Un minuto para demostrar lo que tanto ha ensayado. No vacila, a pesar de que el sol le quema la piel. Dos mazas (vara cuyo extremo es mas ancho) le bastan para lucirse en el espectáculo.
Los carros se detiene y empieza el show: Arroja los objetos en el aire de manera simultánea, y los cambia de mano a mano, con destreza, sin caérseles al suelo. Su posición es erguida, a pesar que los rayos del sol caen directamente sobre sus ojos.
Falla. Una de las mazas cae y rueda debajo de un carro, se lamenta, mientras sus compañeros de oficio le hacen un gesto de desaprobación. Parece que nadie lo notó.
“Hay conductores que ni nos miran, nos odian”, confiesa Fernando (seudónimo) quien lleva el peso de hacer malabares esa mañana.
Tras el breve espectáculo, viene el momento de la premiación. Se quita la gorra, y con una gran sonrisa, va pasando por cada uno de las ventanillas que le da tiempo de recorrer antes de que el semáforo se vuelva al verde.
Unas cuantas monedas, ya lleva Bs.50 y “apenas son las once de la mañana. A veces logramos recabar hasta Bs. 140, lo que nos da para subsistir decentemente”, reitera Fernando.
Rafaela, la mujer del grupo, no es venezolana, viene de Chile con la idea “de vivir libre”.
- Me gusta lo que hago, esta es mi profesión. Algunos creen que sólo lo hacemos por dinero, pero no saben que esto también es arte. Entretenemos a la gente con nuestro show, asegura Rafaela, mientras arroja pequeñas pelotas al aire.
El semáforo cambia de nuevo. Otra vez empieza la faena.

Malabaristas en la Isla
Aunque son pocos en número, cada día los semáforos de la región insular se ven animados por característicos personajes que lanzan objetos al aire, mientras desafían la gravedad. Montados en monociclos, y hasta rodeados de fuego, demuestran sus habilidades en el arte de manipular y ejecutar más de tres objetos de forma simultanea.
Simón Ojeda, quien lleva más de cinco años ejerciendo como malabaristas en varios centros de atracción del país, cuenta que el oficio implica un esfuerzo motriz significativo.
“Mantener cuatro o cinco pelotas moviéndose simultáneamente por el aire no es fácil, para ello tienes que desarrollar cualidades psicomotrices y de coordinación que te permitan tener el control de ellas para que no caigan”.

Paco Fernández, malabarista callejero, cuenta que ha paseado por varios estados del país gracias a su arte.
“Yo vengo de Caracas, y hago mi arte en los Palos Grandes. Allí la gente es receptiva, da buenas propinas. Aquí en la Isla llevo apenas dos semanas y no me ha ido tan mal”.
Fernández confiesa que se va rotando de esquina (antes hacía malabares en el semáforo de la Terranova pero allí ya había otro grupo que hacía lo mismo que él), siempre buscando el mejor público.
“El mejor público es el que se ríe con lo que hacemos, no ese que nos sube el vidrio cuando pasamos. Nosotros no exigimos grandes sumas, solo una ayudita”.
Con respecto a la presencia de menores de edad en el oficio de malabarismo callejero, la presidenta de la Fundación Niño Simón, Zamira Ekhayel, destaca que, hasta el momento, no se registran menores de edad que están por la calle haciendo este tipo de espectáculos.
“Hasta donde sabemos, la mayoría de los muchachos que hacen esto son mayores de edad e incluso son provenientes de otros países como Argentina, Uruguay o Chile. También hay muchos que pertenecen a la cultura Rastafari (movimiento cultural y religioso proveniente de Etiopía) y realizan estos actos como forma de vida, como cultura”, agregó Ekhayel.

Datos:
Según el portal wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Malabarismo), los juegos malabares son de suma dificultad que proporciona “un contexto de estudio, superación, agilidad, gimnasia.
Los malabaristas pueden usar elementos como las pelotas, aros o anillos, machetes, diábolos o platos chinos.
Los movimientos básicos para iniciarse en el mundo del malabarismo comienzan con una bola que se va lanzando de mano en mano. Luego se incluye una segunda pelota. En el momento que ésta llega al punto más alto de su trayectoria, lanzamos la otra. Todos los movimientos se repiten hasta que se logra la perfección.