Recuerdo que cuando estaba embaraza, una amiga me dijo “Ay
amiga, por favor, no vayas a ser como esas mamás que solo ponen fotos de sus
bebés en las redes sociales”, a lo que yo le respondí con una convicción
pasmosa “Claro que no amiga, yo trataré de mantener mi identidad en las redes". En
ese momento yo tenía tres meses de embarazo, no sabía muy bien qué me esperaba,
qué significaba todo lo que venía por delante y realmente creía que al ser mamá
yo seguiría siendo la misma Willmaly que todos conocían. La ignorancia es
atrevida, sin duda.
Cuando eres mamá todo cambia, y aunque suene cliché, es la
verdad, tus hábitos, tu vida se
modifica, para darle paso a esa nueva vida que tanto te necesita. El 7 de
febrero del 2015 yo dejé de ser Willmaly para convertirme en la Mamá de Santiago y Lucía. Todo
en mi vida gira alrededor de ellos, en sus necesidades, y es normal que desde
su nacimiento yo no haga otra cosa que hablar de ellos, de tomarle fotos, de
montarla en las redes, de buscar en Internet cosas relacionadas con bebés;
incluso las canciones que habitualmente canto son las de cunas que suelo
cantarles cuando lloran.
Y repito, es normal, son bebés, exigen y demandan atención,
lo que me deja cero tiempo para ocuparme de mis gustos, de mis hábitos. Ya
cuando vayan creciendo, la vida irá tomando el orden natural, yo tendré un poco
más de tiempo para mi, de bañarme sin tanta angustia, quizás de leer un libro y
ver una película sin quedarme dormida. Lo importante es relajarse y no ver un
drama a todo, tu identidad la irás recuperando con el paso del tiempo, y el algún
momento volverás a ser tú, solo que ahora tendrás a una personita especial que
siempre te necesitará.
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