lunes, 15 de junio de 2015

¿Algún día recuperaré mi peso?

Si hay algo que atormenta a una madre primeriza es saber si, algún día, recuperará su figura y peso. Verse en el espejo, después de tener a tu bebé, puede resultar una tarea dolorosa y dura. No te reconoces. Al menos a mi me pasó.
El día siguiente del nacimiento de mis bebés, me paré de la cama para bañarme y, al mirarme al espejo, solo pensé: "Dios, quedé destruida". La barriga era una gran bolsa de carne, tipo canguro, que se movía al caminar.  Horrible. Y no era para menos, mi cuerpo tuvo que transformarse para darle espacio a dos bebés, aumenté 20 kilos, y mis caderas - originalmente grandes - se duplicaron en tamaño. Una tonina, eso era.
Aunque los primeros días no me preocupé demasiado por mi peso, pues la prioridad eran los bebés, en mi mente latía la angustia y la necesidad de bajar el barrigón.
Tenía la esperanza que al amamantar bajaría de peso, pero para mala suerte, no produje la cantidad de leche necesaria para satisfacer a los bebés, y a los dos meses dejé de amantar ya que no salía nada.
Pues nada, a fajarse, pensé, con una dietica y la caminata de media hora, todas las tardes, bajaría los 10 kilos que aún me faltan por bajar. Pero (y las mamás sabrán que esto es así) hacer una dieta saludable mientras se está cuidando a un bebé - en mi caso dos- es una tarea titánica. Entre darles de comer, dormirlos,  cuidarlos, bañarlos y entretenerlos, escasamente te da tiempo para medio comer lo que sea más fácil de cocinar.
Si eres una mamá normal, que no tiene quién le cocine, resulta bien cuesta arriba comer saludablemente, porque no tienes tiempo ni ganas.
Además la ansiedad es matadora. El estar encerrada cuidando a los bebés tan solo me da ganas de estar moviendo la quijada a cada momento, que si una galleta, una fruta, un pan con mantequilla, un cafecito con leche... ¿Y la dieta? Bien, gracias.
...
Ya los bebes tienen 4 meses y todavía me faltan bajar 10 kilos. La técnica que estoy aplicando es desayunar frutas y yogurt, almuerzo lo que se pueda (pasta, arroz, plátano) y un pepino en la cena. Hago meriendas para bajar la ansiedad y me obligo a caminar 30 minutos con los bebés, así ellos toman sol y yo sudo un poco.
Hay que obligarse, porque es muy fácil caer en el descuido, en la desidia de no hacer nada por ti misma, de no siquiera peinarte.
Hay que establecer  una rutina para ti también, de al menos media hora, en la cual te dediques a ti, a bañarte, cambiarte la pijmama (porque fácilmente puedes pasar el día empijamada) echarte tus cremas y pintarte las uñas. No es fácil, lo sé  pero con un poco de orden e interés, lo puedes lograr.
Lo importante es no abandonarte, tu bebé necesita una mamá feliz y bonita, que se sienta a gusto con su nuevo vida. 
¿Y cómo fue tu historia? 

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