miércoles, 25 de junio de 2008
Hoy es uno de esos días en los que te levantas triste sin una explicación aparente. Triste, porque así te parece, porque está lloviendo y la lluvia te deprime, triste porque estás en tus días, porque viste a un niño pidiendo comida, porque alguien te miró extraño, o Dios sabe por qué más. Con una licenciatura que camina a paso de vencedores, un futuro, aparentemente, lleno de triunfos y una rutina de vida medianamente divertida, me siento triste. No busco explicar, no me interesa, solo estoy triste. ¿Eso me pasará solo a mí?
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