viernes, 4 de julio de 2008

Adular,es una arte

Adular, aunque muchos piensen lo contrario, no es lo mismo que “jalar mecate”. Insisto, no es lo mismo. Adular, por ejemplo, es decirle a una persona, con visibles kilos de más, lo bien que le sienta en la figura sus nuevas curvas, sin caer en ridículas exageraciones o paroxismos absurdos. Suntuosamente, se halaga a la persona en cuestión, con el fin de ganarse su aprecio, de manera elegante y discreta. “Jalar mecate”, expresión que más venezolana no puede ser, es otra cosa. Carece de estilo, de forma, de gracia y personalidad. Es sólo jalar hasta lo injalable. Por ejemplo, decirle a un presidente que sus ideas son brillantes cuando, evidentemente, la está cagando, es un acto de simple y exclusiva “jaladera”. Adular, es otra cosa, tiene su ciencia, se practica y exige, por ley, profusa inteligencia. Es que no es fácil adular sin caer en las tristes “jaladitas” burdas y oliscosas que muchos “jaladores” de profesión ponen en práctica. El que adula, por lo general, sabe hasta donde puede llegar; reconoce que aspecto de la personalidad debe resaltar para caer en gracia. En cambio, el jalador, toma todo, lo que es y lo que no es, no escatima en epítetos, y poco le importa cómo pueda quedar su integridad humana. Jala, hasta quedarse suspendido en el aire exponiéndose a un desgarre muscular.
Pero, tampoco es una tarea fácil las que tienen los ilustres jaladores. Su trabajo también amerita cierta destreza y habilidades. Por ejemplo, estar 6 horas sentado- moviendo la cabeza continuamente de arriba hacia abajo- escuchando pendejadas en un mitin político, es una tarea olímpica y hasta titánica. ¿Sabes lo que es aplaudir durante tanto tiempo sin un solo engarrotamiento de dedos? No es fácil… Valga una ovación, pues….Lo cierto de todo este triste opúsculo, es que ambas prácticas humanas carecen de semejanza y que, por lo menos, si se van a dedicar a la jaladera, traten de ser una poco más delicados. Es decir: “Coño, jalen, pero no se guinden”.

1 comentario:

Adhemar Poma dijo...

Una oda a la adulación?

Sin embargo, no es perjudicial, o depende de la circunstancia o del propósito?