martes, 15 de abril de 2008

La confesión

¿Cómo hacer cuando en un momento embarazoso te quedas sin palabras? Es terrible, quedarte con la boca semi abierta, pálido, con la vista centrada en un punto y pensando: ¿Qué carajo digo? Repito, es terrible. Rápido, rápido, piensa, responde. Ya llevas 5 segundos con los dedos rozando el teclado, balbuceando frases, verbos, sustantivos y adjetivos-mayormente descalificativos- Rápido, rápido, dime algo.
Imaginense la escena: yo, sentada en el sofá, con mi suegra a la derecha y me sobrina a la izquierda. En mis piernas, la laptop mostraba algún estúpido video de youtube. Risas. Todo en armonía. Abajo, una pequeña luz naranja iluminaba la pantalla. “¿Qué es eso? Alguien me hablaba en Messenger. Era un amigo, un gran amigo, un viejo amigo.
n Hola, dijo el
n ¿Viste la foto? Jajajaja. Es mi esposo
Empalidecí. Mi novio, frente a mí- que no es casi jodedor- me miró y sin pensarlo soltó una carcajada siniestra. “Lo sabía, lo sabía”, gritaba mientras su mamá horrorizada preguntó: “¿Tu amigo es Gay?”. Mientras tanto, mi amigo esperaba respuesta. Era una confesión; un secreto que todos, menos yo, sabían. Responde, responde rápido.

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